El éxito de la multimodalidad implica una asociación entre un transportista por carretera, un operador ferroviario y un cargador. Cada vez son más los cargadores que prefieren las autopistas ferroviarias. Más allá de la reducción de su huella de carbono, el transporte multimodal les ofrece menores tiempos de tránsito, un aumento del tonelaje transportado y una capacidad de transporte garantizada a lo largo de todo el año.